DeskCycle lleva años liderando el cotarro de las bicicletas estáticas. Desde que empezó en 1999 con 3D Innovations, LLC, ha demostrado que la calidad no es negociable, la innovación es su pan de cada día y la satisfacción del cliente no es solo una frase bonita (es el pan que untan con mantequilla). ¿El resultado? Una reputación que sigue tan sólida como el primer día… o mejor.
¿Qué la hace especial? Pues que entienden que nadie tiene tiempo para andar con gimnasios o rutinas imposibles. Sus bicicletas están pensadas para adaptarse a la vida real (sí, esa que implica reuniones interminables y poco tiempo para uno mismo). Son cómodas, se pueden usar en cualquier parte y, lo mejor, aguantan lo que les echen. Básicamente, te pones en forma sin darte cuenta… o al menos sin tener que cambiarte de ropa.
Y sobre la reputación… Bueno, no es por presumir, pero los clientes la adoran. DeskCycle no solo vende bicicletas, se toma en serio eso de ofrecer un servicio al cliente decente, de esos que realmente escuchan cuando les hablas. Y eso de adaptar soluciones a la medida de cada uno… es su sello. Por eso, sigue siendo la primera opción para quienes no quieren gastarse el dinero en juguetes baratos, sino en una máquina que funcione.
Así que ahí lo tienes. No es que te necesitemos… pero si te animas, podrías hacerle un favor a tus piernas (y a tu trasero).
Las Mejores Bicicletas estáticas de DeskCycle
Si quieres hacer ejercicio sin dejar de lado lo que realmente importa (ya sabes, tu vida), DeskCycle es justo lo que necesitas. No pierdas tiempo con el gimnasio, no te mates en clases de spinning… ¡ponte a pedalear mientras haces lo de siempre!
¿Que cuándo puedes usarlo? Pues básicamente cuando te dé la gana. Si estás en el curro y no quieres parecer un vegetal en tu escritorio, pedalea. ¿Tarde de Netflix? Dale a los pedales mientras te pones al día con tu serie favorita. ¿Pegado al móvil? Aprovecha y haz algo útil con tus piernas. Incluso si estás machacando botones en tu videojuego, tus piernas pueden estar moviéndose como si no hubiera un mañana.
No hace falta que te levantes del sofá ni que busques excusas para no hacer ejercicio. DeskCycle es como tener un entrenador personal… pero sin gritos y sin cuotas mensuales. Tú decides cuándo, cómo y cuánto. ¿Me vas a decir que no puedes mover un poco las piernas? Vamos…
Ventajas de Deskcycle
Mejorar la salud, los niveles de energía y la productividad
Mira, hacer ejercicio no es solo para perder esos kilos que te sobran o vivir unos años más. Va mucho más allá… Es sobre sentirte bien, tener más energía y, sí, ser más productivo en el trabajo. Y no lo digo yo, lo dice un estudio de la Universidad de Bristol (que parece que tienen tiempo para estudiar estas cosas). La gente que se mueve antes o durante el trabajo es más feliz y se estresa menos. ¡Vaya sorpresa, eh!
Aumentar la cantidad de tiempo disponible en el día
Ahora, sé lo que estás pensando: «¿Y de dónde saco tiempo para hacer ejercicio si ya voy corriendo a todos lados?» Pues ahí está el truco… No se trata de encontrar tiempo, se trata de hacerlo. Dejar de inventar excusas y moverte un poco. Unos minutos aquí y allá y ya estás marcando la diferencia.
Software gratuito para registrar la actividad en línea
No necesitas gastar un dineral para empezar. Hay herramientas gratuitas para seguir tus progresos… Y sí, estoy hablando de esas apps que registran cada paso que das (y también cuando te sientas en el sofá).
Registra tus actividades diarias
Ponle algo de ciencia a esto. No hace falta que te obsesiones, pero ve anotando lo que haces. Una calculadora de calorías en línea te deja meter manualmente lo que haces con tu Bicicleta de trabajo (o lo que sea que uses). Aunque claro, la bici no hace milagros sola…
Ver resultados
Y cuando digo «ver resultados», me refiero a seguir tu progreso como si fuera tu serie favorita de Netflix: diario, semanal, mensual… ¡hasta anual! Lo que sea para mantenerte motivado y que no te dejes llevar por la pereza.
Sube tus pasos a Fitbit
¿Tienes un Fitbit®? Pues dale, sube esos pasos con un botón y mírate como un campeón. Porque al final del día, lo que cuenta es que tú veas cómo avanzas… aunque sea un paso a la vez.
Actividad en el escritorio | Aumento del gasto de energía de pie vs sentado |
De pie en un escritorio | 18% |
DeskCycle en la resistencia 1 | 53% |
Uso de DeskCycle en el nivel de resistencia 2 | 72% |
Uso de DeskCycle en la resistencia 3 | 100% |
DeskCycle tiene ocho niveles de resistencia |
Otra información importante de Deskcycle
A ver, te voy a contar las cosas claras. Eso de estar todo el día sentado en la oficina no es la mejor idea. Dicen que sentarse es el nuevo «fumar» – pero vamos, que estar de pie todo el tiempo tampoco es un planazo. ¿La solución? Un punto medio donde puedas trabajar sin sentirte atrapado en una silla o agotado por estar parado todo el día. Y créeme, existe…
Resulta que una profesora de secundaria tuvo la brillante idea de poner pedales de bici bajo los pupitres de sus alumnos. ¿El resultado? Los chicos dejaron de moverse como si tuvieran hormigas en los pantalones, se concentraron y, sorpresa, empezaron a rendir más. Así que pensamos: «¿Y si probamos lo mismo para adultos en la oficina?»
Aquí es donde entra en escena el DeskCycle. Es básicamente una bici estática que puedes meter bajo tu escritorio. No hace falta que te pongas un chándal ni que sudes como en el gimnasio. En la configuración más ligera, apenas sientes que estás haciendo ejercicio… pero, ¡oh sorpresa!, tu consumo de energía sube más que en un escritorio de pie. Y si subes la resistencia (tiene ocho niveles, para los valientes), la cosa se pone seria. De hecho, si pedaleas lo suficientemente rápido, acabarás con las piernas ardiendo y el corazón bombeando como loco.
Ahora, ¿cómo se mide todo esto? La pantallita que trae cuenta el tiempo hasta 1.000 minutos (más de 16 horas, por si te estás preguntando) y te muestra cinco indicadores para que no pierdas detalle. Si te va la marcha, el modelo DeskCycle-2 tiene una pantalla más grande y cuenta hasta 10.000 minutos. Sí, más de 160 horas, porque hay gente que se lo toma en serio.
¿Que cómo se compara con el escritorio de pie? Pues los números no mienten:
- De pie en el escritorio, quemas un 18% más de energía que sentado. Meh.
- Con el DeskCycle en el nivel de resistencia 1, subes al 53%.
- En el nivel 2, ya estamos en un 72%.
- Y en el nivel 3… ¡doblas tu consumo! Y aún tienes cinco niveles más por explorar.
Pero bueno, no te preocupes si no eres de los que van al máximo. La bici va desde una resistencia casi imperceptible (ideal para cuando solo quieres mover las piernas) hasta una que te hará replantearte la vida si decides pedalear a 30 km/h. ¿Sabes lo mejor? Que la DeskCycle no se fabrica en China, por si te interesa saberlo.
¿Y si después de probarla no te convence? Sin problema. Tienes 30 días para devolverla y te devuelven la pasta. Hasta cubren los gastos de envío. Ah, y la garantía es de un año. Si se rompe, no te quedas tirado.
Así que ahí lo tienes. La alternativa al sofá con ruedas o al escritorio de pie incómodo. Dale una oportunidad al DeskCycle y ya me contarás si no sientes que te has convertido en una versión mejorada de ti mismo… sin necesidad de salir de la oficina.
Revisión de Deskcycle
A ver, te lo voy a poner claro: el DeskCycle es esa cosa que parece una bici pero no lo es, porque no la llevas a ninguna parte… solo te deja pedaleando debajo del escritorio. Y oye, suena raro, pero puede ser útil (depende de lo que esperes).
Primero, la tensión de los pedales. Puedes ajustarla para sentir que subes el Tourmalet o, bueno, algo parecido. Aunque te digo una cosa, a partir del nivel 4 la cosa se complica y entrar en ese ritmo suave que prometen se convierte en un juego de «a ver si hoy me rompo los gemelos». Los niveles más altos son más bien para masoquistas… o para los que tienen la paciencia de un monje budista.
Luego está el tema de la posición. Para no darle un cabezazo a la mesa cada vez que pedaleas, tuve que bajar la silla al mínimo y reclinarme como si fuera un DJ de los 90. Y aún así, mis rodillas rozaban el borde. Además, la silla se movía, así que terminé colgando una de las ruedas en el marco del DeskCycle para que no saliera rodando cada vez que daba una pedalada fuerte (no es la solución más elegante, pero funcionó).
Ahora, ¿realmente puedes hacer ejercicio mientras trabajas? Pues sí… y no. Para cosas pasivas, como leer emails o hacer scroll en LinkedIn, está bien. Pero si pretendes escribir o concentrarte en algo más complejo, buena suerte. Es como tratar de leer un libro mientras saltas a la comba: o haces una cosa o haces la otra.
Eso sí, tiene algo bueno: me ayuda a quemar toda esa energía inquieta. Yo no me quedo quieto en la silla ni aunque me lo proponga. Siempre estoy moviendo los pies, girando el cuerpo, cambiando de posición… Pues el DeskCycle canaliza esa hiperactividad y, de paso, le da un poco de caña a las piernas. Vamos, que al menos siento que hago algo más útil que moverme como un inquieto.
En cuanto a la mejora física, no te flipes. No vas a acabar con piernas de ciclista ni vas a perder peso con esto (a menos que tu única referencia sea un muñeco de nieve). En una semana, mis músculos seguían igual que antes y las calorías quemadas no daban ni para una cerveza. Lo que sí noté fue que me ayudaba a entrar en calor. En esas oficinas donde siempre hace frío -sobre todo para los que somos de sangre caliente-, pedalear un rato en los niveles 3 o 4 me ahorró más de una chaqueta.
¿Conclusión? Si lo tuyo es quemar energía extra y dejar de parecer un témpano de hielo en la oficina, te puede servir. Pero si buscas hacerte con un cuerpo de modelo fitness… sigue soñando, que el DeskCycle no es la lámpara mágica de Aladino.
En resumen: calienta, entretiene, pero no hace milagros.
Preguntas Frecuentes sobre DeskCycle
quí te va… Mira, lo de cuántas calorías quemas con la DeskCycle depende de varias cosas: cuánto tiempo le das a los pedales, qué tan rápido le das, y lo que tú peses (sí, lo siento, aquí el peso importa). Ahora, para que te hagas una idea, si pesas unos 68 kilos y le metes caña por 30 minutos, podrías quemar entre 200 y 300 calorías. ¿Está bien? Pues claro, pero tampoco te emociones… son números orientativos, no una promesa divina.
Y te digo una cosa: pedalear está muy bien y todo eso, pero si luego te comes un bocadillo de chorizo, no esperes milagros. El equilibrio está en la comida también, así que cuida lo que entra por la boca, no solo lo que haces con las piernas.
En resumen: pedalea, come bien… y ya verás resultados (si no, por lo menos te entretienes un rato). ¡A darle duro!
El DeskCycle no es solo para mover las piernas. Sí, claro, los músculos de las piernas son los primeros que se llevan la gloria (cuádriceps, isquios, glúteos, y hasta los gemelos), pero no te creas que ahí acaba la historia.
Pedalear en esa cosa también te pone a trabajar el core. Ya sabes, esos músculos que ni siquiera sabías que tenías hasta que te tiras 30 segundos haciendo plancha. Porque si mantienes la postura medio decente (sí, no vale encorvarse como un abuelito), vas a notar cómo tu torso se pone las pilas para mantener el equilibrio. Ahí estás tú, dándole al DeskCycle y de paso tonificando el abdomen. ¿Qué más se puede pedir?
Y si te creías que los brazos no pintaban nada aquí, te equivocas. Con un poco de creatividad (y si te da por hacer algún combo con ejercicios de brazos) hasta esos músculos reciben cariño. Incluso, si te pones a pedalear con las manos -sí, has leído bien- te echas unas risas y de paso activas hombros y bíceps.
Así que, no te engañes, el DeskCycle es más que un pedaleador de piernas… Es un multitasker de músculos en toda regla.
Mira, te lo voy a decir sin rodeos: lo del DeskCycle no tiene una fórmula mágica. Si quieres sacarle provecho, la clave es mover el trasero al menos 150 minutos a la semana. ¿Cuánto es eso? Pues, algo así como dos horas y media. No de golpe, claro… divídelo en sesiones de al menos 10 minutos y ya estás en el camino correcto.
Ahora, cuánto rato deberías usarlo depende de ti. Si tienes una condición física de “me canso subiendo las escaleras”, igual empezar con 10-20 minutitos varias veces al día no es mala idea. ¿Que te sientes más en forma que un yogur recién abierto? Pues lánzate con sesiones de 30 minutos o más. Tú mandas.
Eso sí, no ignores a tu cuerpo (si empieza a gritar «basta», mejor hazle caso). Y no estaría mal combinar el DeskCycle con otras cosas… caminar, subir escaleras, o lo que sea que te mantenga en movimiento. Así le sacas el máximo jugo.
¿Necesitas un consejo médico? Ve a por él antes de lanzarte a sudar como si no hubiera un mañana. Y recuerda, no se trata de ser el próximo Usain Bolt, sino de moverte lo suficiente para no convertirte en estatua.
Mira, si quieres usar el DeskCycle para perder peso, olvídate de todas esas cosas complicadas. Te lo voy a poner fácil, sin rodeos y con un par de consejos que de verdad funcionan. Ahí te va:
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Ponte metas realistas, hombre… No me vengas con que quieres perder 10 kilos en una semana. Eso no va a pasar (y si pasa, mejor ve al médico). Define algo concreto y alcanzable, como perder medio kilo a la semana o meterle 30 minutos de pedaleo al día. Así no te desmotivas a la primera de cambio.
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Hazlo un hábito diario. No te estoy diciendo que te pases el día entero pedaleando, pero si le metes 30 minutos diarios, vas a notar la diferencia. Y no hace falta que sea a lo loco; un ritmo constante, que lo puedas mantener, y ya está. Nada de dramas.
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Juega con la resistencia. Sí, el DeskCycle tiene niveles, no te los guardes para el día que te sientas súper en forma. Prueba con más resistencia para quemar más calorías y darle caña a esos músculos. No hace falta que te pongas en modo triatlón, pero un poco de esfuerzo nunca viene mal.
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Come como una persona normal (y no como si no hubiera un mañana). Ya lo sabes: esto no es magia. Si le das duro al DeskCycle y luego te comes media pastelería… pues adivina qué, no va a funcionar. Controla un poco lo que comes y mantén la cosa equilibrada.
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No pedalees encorvado como Quasimodo. La postura cuenta, ¿vale? Espalda recta, hombros relajados… no cuesta nada y evitas terminar con dolores raros. Además, te ves mejor.
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Muévete más allá del DeskCycle. ¿Qué tal subir unas escaleras en vez de usar el ascensor? O dar un paseo en vez de mirar el móvil en el sofá. Pequeñas cosas suman, y si lo haces con constancia, mejor todavía.
Y te lo digo desde ya: esto lleva tiempo. Nada de esperar milagros en una semana. La clave está en ser constante, no tirar la toalla y meterle un poco de humor al asunto. Porque si te lo tomas muy en serio, lo único que vas a perder es la paciencia… ¡y eso no es lo que queremos, no?
La función «scan» en tu DeskCycle es como ese amigo que te suelta datos sin que se lo pidas… ¡y justo lo que necesitas cuando te da pereza ir tocando botones! Le das a «scan» y listo: la pantalla te empieza a mostrar, una tras otra, todas las métricas de tu sesión de pedaleo. ¿Qué verás? El tiempo que llevas (ese que a veces parece eterno), la velocidad (para ver si hoy estás a ritmo de tortuga o de liebre), la distancia recorrida y las calorías que has quemado (sí, las mismas que luego vuelves a sumar en la cena).
Así que, si no quieres estar cambiando de pantallita como si fuera un televisor de los 80, esta función te viene de lujo. Te da una idea rápida de cómo va la cosa, sin que tengas que mover un dedo (bueno, salvo para pedalear). Perfecto para los que queremos hacer ejercicio, pero sin complicaciones.
Usar un DeskCycle es más fácil que atarse los zapatos. Te lo cuento de manera sencilla:
Tiempo transcurrido: Vamos, que esto no tiene misterio. Es el tiempo que llevas pedaleando desde que empezaste. Básicamente, te dice si ya llevas suficiente rato como para merecer una pausa o si aún toca seguir dándole.
Velocidad: Aquí te indica cuántas vueltas le das a los pedales por minuto (RPM, que suena más técnico). Es perfecto para que sepas si vas a paso tortuga o estás quemando ruedas. Tú eliges el ritmo.
Distancia recorrida: Esto es lo que has avanzado durante la sesión. Si alguna vez te has preguntado cuánto pedalearías para llegar al trabajo (o al Caribe)… bueno, aquí lo puedes ver. Útil para marcarte metas o presumir un poquito, ¿por qué no?
Calorías quemadas: Te muestra un número bonito que dice cuántas calorías has mandado al diablo. Ojo, es una estimación, no se lo tomes al pie de la letra. Depende de tu peso, la intensidad y si te pones con toda la fuerza o solo para hacer acto de presencia.
Por cierto, puede que tu DeskCycle tenga una pantalla diferente o unas funciones raras… pero, en general, esto es lo que vas a ver. Si quieres ponerte técnico, siempre puedes echar un ojo al manual (o usarlo de posavasos, tú decides). ¡A pedalear!
Mira, vamos al grano: elegir la mejor silla de escritorio para usar con tu DeskCycle es más sencillo de lo que parece… pero no es cuestión de conformarse con cualquier cosa. Tienes que buscar algo que se adapte a ti y no al revés (que ya bastante tenemos que adaptarnos a todo lo demás en la vida, ¿no?).
Ahí te van los puntos clave para no cagarla:
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Altura ajustable: Si la silla no sube y baja, descartada. Punto. Necesitas ajustar la altura para que tus piernas no parezcan trompos girando sin parar. Y si eso suena incómodo, imagínate pedalear así.
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Espacio bajo el escritorio: No te líes con sillas gigantescas o con bases monstruosas que no dejan hueco para nada. El DeskCycle necesita espacio para que tus piernas se muevan libremente, sin obstáculos (como en la vida misma).
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Comodidad y soporte lumbar: Si vas a estar ahí sentado un buen rato, lo mínimo es que no termines doblado como un pretzel. Busca una silla que cuide tu espalda, porque… créeme, una buena postura es la diferencia entre terminar el día como persona o como acordeón.
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Apoyabrazos ajustables (si los necesitas): Y aquí entra el gusto de cada uno. Si te gustan los apoyabrazos, que se muevan contigo. O sea, que los puedas ajustar para que no molesten cuando estés pedaleando y sí te den ese punto de comodidad cuando quieras descansar.
Y por último, una obviedad que no está de más: prueba diferentes opciones, porque lo que a uno le sienta de maravilla, a otro le deja peor que el día después de una fiesta. Y si quieres opiniones de verdad, échale un ojo a las reseñas de otros usuarios, que suelen ser más sinceras que tus propios amigos.
No necesitas la silla perfecta, necesitas la que a ti te funcione… ¡y punto!
Armar el DeskCycle es más fácil que montar un mueble de Ikea (y créeme, no vas a necesitar ese destornillador que nunca encuentras). Aquí te dejo los pasos básicos para que en un par de minutos estés pedaleando:
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Saca todo de la caja: Abre la caja y pon todas las piezas sobre la mesa o el suelo… donde tengas espacio. ¿Están todas las partes? Perfecto, sigamos. Si falta algo, mejor revisa bien, no sea que lo hayas tirado a la basura sin darte cuenta.
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Coloca las patas: Agarra las patas y fíjalas en la base. Usa los tornillos (o lo que sea que venga en la caja) y apriétalos bien, no queremos que el cacharro se tambalee a mitad de un sprint, ¿verdad?
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Pon los pedales: Ahora, atornilla los pedales a los brazos del pedal. Aquí no hay ciencia… solo asegúrate de apretarlos bien o te van a salir volando.
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Ajusta la resistencia: Si tu DeskCycle tiene opción para ajustar la resistencia, dale a la perilla o ajusta lo que tengas que ajustar hasta que encuentres el nivel que te va. Empieza suave… nadie quiere quedarse sin aire antes de los cinco minutos.
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Chequea la estabilidad: Antes de lanzarte a pedalear, dale una sacudida al aparato. Si todo sigue en su sitio, estás listo. Si no, revisa qué quedó flojo y aprieta lo que haga falta.
Ah, y por si acaso, echa un vistazo al manual (sí, eso que viene en la caja y que nunca leemos). Puede que haya algún detalle específico según el modelo. ¿Tienes problemas o dudas existenciales en el proceso? Pues escribe al servicio técnico… para eso están.
Nuestra conclusión
La Desk Cycle no es más que una bici estática cómoda y compacta, diseñada para usarla donde te apetezca (o donde puedas encajarla). ¿Tienes un escritorio? Perfecto, cabe ahí abajo sin problema. ¿Prefieres pedalear en el salón frente a tu silla favorita? También vale.
Es simple: una unidad de resistencia magnética, unos pedales y listo. No ocupa casi espacio, no hace ruido y va tan suave que ni te enteras. Puedes ajustar la intensidad con sus ocho niveles, así que tanto si quieres un ejercicio ligero como si te pones en plan Rocky, la Desk Cycle se adapta.
Este cacharrito es discreto pero potente. Te ayuda a ponerte en forma o, al menos, a sentirte menos culpable por las horas que pasas sentado en casa o en la oficina. Si buscas algo que te permita hacer ejercicio sin complicarte la vida, ya lo has encontrado.
¿Te animas a probarla? Haz clic aquí y encarga tu Desk Cycle… Tu yo futuro te lo agradecerá.